Ruta muy pintoresca y variada que atraviesa el pueblo por su casco antiguo, visita varias ermitas, pasea entre castaños, fuentes y acequias y parte del recorrido discurre por el “Tajo Colorado”, donde nidifican cernícalos y habita  la cabra montés.

El Sendero Circular de Lanjarón – PR-A 345 pasa por puntos muy emblemáticos y de gran contenido histórico de Lanjarón. La dificultad del recorrido queda marcada por un sinfín de subidas y bajadas por caminos de herradura. Tiene su punto de inicio junto al panel informativo a la entrada del Área Recreativa Parque el Salao.

Al salir del Parque llega a las inmediaciones del Castillo de Lanjarón, construido sobre un promontorio entre los siglos XIV y XV y que controlaba los accesos al pueblo, es un bonito y espectacular mirador, tras el cual comenzamos nuestro descenso hasta el río Lanjarón, pasando por bancales y zonas de labor, aún en uso, muy cuidadas e interesantes desde el punto de vista etnográfico, por su conservación de los usos y labores tradicionales.

Tras cruzar el río comenzamos una fuerte subida que nos llevará hasta el Cortijo del Haza del Olivo, que atravesaremos hasta llegar a un carril asfaltado de uso vecinal que deriva en la carretera principal de la Alpujarra. Recorremos unos 50 metros por dicha carretera, la cruzamos y nos encaminamos en constante subida hasta la Ermita del Tajo de la Cruz, donde cuenta la leyenda que mucho tiempo atrás era lugar concurrido por brujas para realizar sus aquelarres, y punto compartido con el GR 142 que conduce a Cáñar.

Procedemos a descender hasta llegar a la pista vecinal de la Chaparra, que tomaremos en sentido ascendente hasta el primer cruce visible a nuestra izquierda, carril de la Hoya del Grillo, que seguiremos hasta su enlace con el PR-A 34, donde bajaremos por la senda de herradura hasta el río Lanjarón y la Ermita de San Sebastián.

Nos disponemos a entrar en el pueblo por su extremo Este e internarnos por el Barrio Hondillo, rincón típico de Lanjarón, que conserva con encanto la arquitectura típica popular de la Alpujarra.

Una vez que hemos salido del pueblo, empezamos a ganar altura, transitando por carriles y veredas de uso vecinal, con una interesante red de acequias y cultivos hasta que finalmente, desembocamos por el extremo Oeste en la Ermita de San Isidro Labrador. Desde aquí al punto de inicio de la ruta restan ya pocos metros por la carretera principal de la Alpujarra.

Fuente: Junta de Andalucía